A medida que las vacaciones de verano llegan a su apogeo, las familias deben considerar formas de mantener a los niños y adolescentes activos fuera de la estructura de la escuela. El comportamiento sedentario, la actividad física insuficiente, la obesidad y las enfermedades asociadas son una preocupación creciente en los EE. UU. y en muchos otros países. Participar en actividad física es una parte importante para mantenerse saludable (1,2). Además, desarrollar hábitos saludables desde una edad temprana ayuda a las personas a mantener estos hábitos y una buena salud a medida que envejecen (1).
Las pautas de actividad física varían para los diferentes grupos de edad. Los niños en edad preescolar deben estar activos durante todo el día, ya sea en forma de tiempo de juego, juegos o deportes. Los objetivos clave de salud para este grupo incluyen fortalecer los huesos a través de niveles seguros de impacto (como brincar y saltar) y evitar la acumulación de exceso de grasa. Afortunadamente, los niños pequeños son naturalmente activos y el objetivo aproximado de 3 horas de actividad por día refleja la cantidad promedio observada en este grupo de edad (1).
Lo ideal es que los niños en edad escolar hagan alrededor de 1 hora de actividad moderada o intensa cada día. El fortalecimiento óseo sigue siendo importante, especialmente durante las edades máximas de crecimiento (1). Para muchos niños, el recreo, la clase de educación física y/o la participación en deportes escolares proporcionan una cantidad significativa de ejercicio. Sin embargo, los niveles de actividad tienden a disminuir a medida que las personas envejecen, por lo que es importante encontrar formas de alentar a los niños mayores y adolescentes a mantenerse activos (1,2). Por supuesto, tampoco es posible mantener a los niños activos en la escuela durante las vacaciones de verano.
Tenga en cuenta que estas pautas son un consenso de expertos basado en la investigación y la experiencia clínica, pero su alcance no incluye barreras individuales para mantenerse activo, como si un niño tiene una condición preexistente que reduce su capacidad para hacer ejercicio.
La actividad física y el buen estado físico en niños y adolescentes se asocian con una mejor salud tanto en el presente como en la edad adulta. Los altos niveles de condición física en los adolescentes se han relacionado con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular más adelante en la vida, aunque los niveles de actividad física no se han relacionado de la misma manera (2). El aumento de los niveles de actividad puede reducir la grasa corporal, especialmente cuando se combina con mejoras en la dieta; esto tiene implicaciones para reducir el riesgo de obesidad en adultos y varios problemas de salud asociados con la obesidad infantil (2,4,6). Además, hay alguna evidencia de que estar activo está relacionado con una mejor salud mental, en particular, la autoestima, pero también con respecto a la depresión, el estrés y la satisfacción general con la vida (2,3). Se han identificado otras mejoras en la salud debido a la actividad física en adultos, pero la investigación en la población pediátrica aún está en curso (2,4).
Los investigadores también han comenzado a estudiar los efectos del sedentarismo en la salud de los niños (4,6). Para los adultos, el comportamiento sedentario se considera el tiempo dedicado a realizar un comportamiento que utiliza la misma cantidad de energía que en reposo, excluyendo el sueño; el umbral apropiado para los niños aún está bajo investigación (1,4). Tenga en cuenta que ser sedentario no es lo mismo que no realizar actividad física (1,2,3,4). Una persona muy sedentaria aún puede cumplir con las pautas de actividad, como un niño que pasa la mayor parte del día sentado, pero tiene una hora de práctica de fútbol todos los días, mientras que otra persona puede no ser sedentaria ni activa, como un adolescente que se para detrás de un contador para su trabajo de verano, pero no se dedica a una actividad más intensa que eso.
Los niveles más altos de sedentarismo están asociados con una peor salud mental, niveles de grasa corporal y estado físico en los niños, y la disminución del tiempo sedentario puede reducir el IMC (3,4,6). El acceso a dispositivos electrónicos y la falta de acceso a espacios verdes son dos factores que se vinculan con un comportamiento más sedentario (4,5).
Para mantener a los niños activos, especialmente durante las vacaciones de verano cuando las intervenciones escolares no son aplicables, las intervenciones familiares y comunitarias son clave (1,2). Las estrategias específicas utilizadas diferirán según los recursos disponibles, pero pueden incluir campamentos de verano, deportes, programas comunitarios y actividad familiar.
Referencias
1. “Physical Activity Guidelines for Americans,” (2nd ed.). Department of Health and Human Services. 2019. Available online: https://health.gov/sites/default/files/2019-09/Physical_Activity_Guidelines_2nd_edition.pdf
2. Biddle, S. J. H., Gorely, T., & Stensel, D. J. Health-enhancing physical activity and sedentary behaviour in children and adolescents. Journal of Sports Sciences. 2007, 22(8), 679-701. DOI: 10.1080/02640410410001712412
3. Rodriguez-Ayllon, M., Cadenas-Sánchez, C., Estévez-López, F., et al. Role of Physical Activity and Sedentary Behavior in the Mental Health of Preschoolers, Children and Adolescents: A Systematic Review and Meta-Analysis. Sports Medicine. 2019, 49, 1383–1410. DOI: 10.1007/s40279-019-01099-5
4. Barnett, T. A., Kelly, A. S., Young, D. R., et al. Sedentary Behaviors in Today’s Youth: Approaches to the Prevention and Management of Childhood Obesity: A Scientific Statement From the American Heart Association. Circulation. 2018, 138(11), e142–e159. DOI: 10.1161/CIR.0000000000000591
5. Mitra, R., Moore, S. A., Gillespie, M., et al. Healthy movement behaviours in children and youth during the COVID-19 pandemic: Exploring the role of the neighbourhood environment. Health & Place. 2020, 65, 102418. DOI: 10.1016/j.healthplace.2020.102418
6. Tremblay, M. S., LeBlanc, A. G., Kho, M. E., et al. Systematic review of sedentary behaviour and health indicators in school-aged children and youth. International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity. 2011, 8, 98. DOI: 10.1186/1479-5868-8-98