Resumen
El ultrasonido se puede usar terapéuticamente para proporcionar un calentamiento profundo a los tejidos blandos del cuerpo, incluidos los músculos, tendones, ligamentos y articulaciones. El calentamiento profundo da como resultado una mejor elasticidad y rango de movimiento, así como una disminución del dolor. Los efectos no térmicos de esta técnica son la modulación de burbujas de gas microscópicas en los tejidos y la generación de movimiento en el fluido dentro de los tejidos, lo que conduce a un aumento de la actividad celular.
Durante la terapia de ultrasonido, un fisioterapeuta utiliza un dispositivo de ultrasonido para aplicar ondas de sonido de alta frecuencia al cuerpo, transfiriendo energía en forma de vibraciones. Estas vibraciones ocurren más rápido de lo que pueden escuchar o sentir los humanos, aunque los pacientes pueden experimentar sensaciones leves de calentamiento u hormigueo en el área tratada. Esta transferencia de energía es la que produce un calentamiento profundo y cambios en los fluidos.
Beneficios
La terapia de ultrasonido traduce la energía mecánica en beneficios terapéuticos en el tratamiento de afecciones musculoesqueléticas. Los fisioterapeutas pueden determinar la profundidad de penetración y la intensidad de las ondas de ultrasonido en función de las necesidades de cada paciente. Los beneficios de este tratamiento incluyen:
- Calentamiento profundo a los tejidos blandos
- Reducción del dolor
- Aumento de la elasticidad del tejido y el rango de movimiento
- Aumento de la circulación, que promueve la curación
- Tratamiento de la inflamación, como en casos de bursitis, tendinitis, artritis y esguinces
- Tratamiento de problemas articulares, como hombro congelado y articulaciones rígidas
- Tratamiento de las distensiones musculares
Contraindicaciones
La terapia de ultrasonido generalmente está contraindicada durante el embarazo. Además, no debe usarse sobre heridas abiertas o fracturas, un área activa de cáncer o un área con implantes metálicos o un marcapasos.