Las conmociones cerebrales son leves lesiones traumáticas en las que el cerebro impacta el cráneo, causando daño al tejido cerebral [1-4]. Suelen ocurrir durante los deportes, pero también pueden ocurrir en otras situaciones [1,3-5]. Los síntomas de conmoción cerebral pueden variar considerablemente, algunos experimentan sólo leves molestias y se recuperan rápidamente, mientras otros pueden debilitarse por meses antes de poder volver a tener actividad normal [2,3]. Identificar correctamente cuando alguien ha sufrido una conmoción cerebral y tomar las medidas adecuadas, como descanso y tratamiento, ayuda a mejorar la situación. La mayoría de casos solo requieren niveles bajos a moderados de tratamiento, sin embargo, también es importante reconocer que una conmoción cerebral es una condición seria que puede tener consecuencias a largo plazo [1-3].
Varios deportes populares llevan un riesgo relativamente alto de sufrir una conmoción cerebral, incluyendo el fútbol americano, la lucha libre y el baloncesto. Se ha puesto un enfoque significativo en los riesgos de conmoción cerebral entre los atletas jóvenes (desde niños hasta los de edad universitaria) y el tratamiento apropiado. Un amplio estudio prospectivo recopiló datos de 25 escuelas secundarias a lo largo de 11 años, registrando índices de conmoción cerebral en 12 deportes. Los datos confirmaron que el fútbol americano es un factor de riesgo central, así como lacrosse en menor medida [5]. Aun así, cualquier persona puede experimentar una conmoción cerebral si experimenta un fuerte impacto en cualquier parte del cuerpo que luego ocasione un violento movimiento o sacudida de la cabeza [1,3]. Las caídas y los accidentes de auto son causas comunes entre los adultos [1,3,4].
Afortunadamente, la comunidad médica y atlética se ha vuelto más consciente de la prevalencia, el manejo y las consecuencias de la conmoción cerebral y otras lesiones cerebrales traumáticas. Por ejemplo, durante la década de los 2000 y los 2010, los investigadores identificaron vínculos entre las conmociones cerebrales repetidas en los jugadores de la NFL y una serie de trastornos neuropsiquiátricos graves, incluyendo encefalopatía traumática crónica, demencia, trastornos del estado de ánimo, y las consecuencias de los hallazgos y las acciones iniciales de la NFL llevaron a una discusión nacional sobre la salud del cerebro [6].
Las lesiones cerebrales repetidas pueden, con el tiempo, conducir a la deterioración del cerebro, especialmente cuando ocurren sin la curación completa entre lesiones, razón por la cual, el descanso y el retorno gradual y cuidadoso a la actividad es crítico en el manejo de la conmoción cerebral [3,4]. Los signos y síntomas a tener en cuenta incluyen el dolor de cabeza, mareos, náuseas, fatiga, sensibilidad sensorial, dificultad para concentrarse y problemas de memoria. Puede producirse pérdida de conciencia directamente después del impacto, al igual que convulsiones breves. La confusión persistente o que empeora, la debilidad, el entumecimiento o la dificultad para hablar indican una lesión más severa [1-3].
Para una conmoción cerebral leve, el manejo generalmente implica un descanso estricto de la actividad física y mental durante los primeros días—el paciente debe evitar las pantallas, cualquier cosa que requiera concentración y situaciones que puedan llevar a más lesiones. Los atletas deben ser retirados inmediatamente del juego [2,3]. A medida que los síntomas mejoran, los individuos pueden regresar lentamente a la vida normal, comenzando con la actividad ligera y volviendo a la actividad más extenuante (por ejemplo, estudiando o practicando deportes). Cualquier empeoramiento de los síntomas debe incitar a dar un paso atrás en los niveles de actividad [2]. Un mito común es que las personas con conmoción cerebral no deben dormir; en general, el sueño adecuado acelera la curación. Para los casos más graves de conmoción cerebral, el riesgo de dormir implica que es más difícil identificar signos de deterioro cuando el paciente no está despierto e interactuando con la(s) persona(s) que proveen observación [7].
Las conmociones cerebrales más graves pueden requerir atención médica de emergencia e imágenes del cerebro para determinar si la lesión produjo un sangrado cerebral o un coágulo—estas son situaciones extremadamente urgentes que requieren atención avanzada [1,3,4,8]. Aquellos que tienen mayor riesgo de lesiones cerebrales incluyen pacientes que demuestran pérdida de conciencia, vómitos, déficit neurológico, un desorden sanguíneo existente, o mayores de edad [8].
La prevención es un complemento esencial para el manejo de las conmociones cerebrales. El equipo de protección, especialmente en los niños más pequeños, reduce las lesiones en caso de impacto durante un deporte. Muchos equipos deportivos implementan pruebas básicas para que la función física y cognitiva de un atleta sea examinada después de un evento que potencialmente cause una conmoción cerebral [2]. Para aquellos que han sufrido de una conmoción cerebral, es importante estar atentos a los riesgos ambientales y de conducta que puedan llevar a otra conmoción cerebral.
Referencias
- MedlinePlus. “Concussion.” National Library of Medicine, n.d. https://medlineplus.gov/concussion.html
- CDC. “Brain Injury Basics.” HEADS UP | Centers for Disease Control and Prevention, n.d. https://www.cdc.gov/headsup/basics/index.html
- familydoctor.org. “Concussion in Kids.” familydoctor.org | American Academy of Family Physicians, Updated January 2021. https://familydoctor.org/concussions-in-kids/
- Ropper AH & Gorson KC. Concussion. N Engl J Med 2007; 356:166-172. DOI: 10.1056/NEJMcp064645
- Lincoln AE, Caswell SV, Almquist JL, et al. Trends in Concussion Incidence in High School Sports: A Prospective 11-Year Study. Am J Sports Med 2011; 39(5):958-963. DOI: 10.1177/0363546510392326
- CNN. “NFL Concussions Fast Facts.” CNN, Updated April 2022. https://www.cnn.com/2013/08/30/us/nfl-concussions-fast-facts/index.html
- Raypole C. “Sleeping After a Concussion: What You Should Know.” Healthline, June 2019. https://www.healthline.com/health/concussion-and-sleep
- Ibañez J, Arikuan F, Pedraza S, et al. Reliability of clinical guidelines in the detection of patients at risk following mild head injury: results of a prospective study. J Neurosurg 2004; 100(5):825-834. DOI: 10.3171/jns.2004.100.5.0825