Dic 13, 2021

Consideraciones de Fisioterapia para la Artritis Reumatoide

La artritis reumatoide es una enfermedad inflamatoria crónica y grave que provoca daño articular progresivo, discapacidad, deterioro de la calidad de vida y reducción de la esperanza de vida, que afecta hasta al 1% de la población mundial 1. A nivel mundial, se ha descubierto que las tasas de incidencia anual estandarizadas por edad de la artritis reumatoide han aumentado en casi un 10% entre 1990 y 2017 2, y la carga económica de la artritis reumatoide sigue siendo significativa debido a los costos directos e indirectos, incluido el desarrollo de fármacos modernos. En la mayoría de los pacientes, sin embargo, el curso clínico es progresivo y se han logrado avances importantes en el tratamiento de la artritis reumatoide mediante la identificación y el tratamiento tempranos de la enfermedad. En particular, la vigilancia estrecha de la enfermedad junto con un ajuste completo de los medicamentos, los factores de estilo de vida y el ejercicio pueden reducir o incluso prevenir las comorbilidades asociadas con la progresión de la artritis reumatoide. Dichas estrategias de manejo de la artritis reumatoide se enfocan específicamente en el alivio del dolor y la prevención del daño articular y el deterioro funcional, y con este fin, la fisioterapia y la rehabilitación cuidadosamente adaptadas al paciente mejoran significativamente las intervenciones médicas.3.

La fisioterapia y el ejercicio en pacientes con artritis reumatoide se utilizan para mejorar el funcionamiento diario y el compromiso social de los pacientes al mejorar la fuerza muscular, la resistencia, la movilidad articular y la coordinación.

Primero, se pueden usar aplicaciones de frío y calor, durante las etapas aguda o crónica, respectivamente, para lograr analgesia, facilitar el alivio de los espasmos musculares y promover la elasticidad de las articulaciones. La estimulación eléctrica también se puede utilizar para aliviar el dolor, con mayor frecuencia en forma de terapia de estimulación nerviosa eléctrica transcutánea. La hidroterapia ha sido reconocida durante mucho tiempo en paralelo por su capacidad para aumentar el rango de movimiento, fortalecer los músculos, aliviar los espasmos musculares y mejorar el bienestar general al facilitar el ejercicio con una carga reducida en las articulaciones. Finalmente, las estrategias adicionales de protección de las articulaciones pueden incluir reposo, el uso de guantes de compresión y otros dispositivos de asistencia y terapia de masaje. La terapia con láser de bajo nivel y el vendaje médico también pueden desempeñar un papel complementario dependiendo de la predisposición del paciente 4.

Junto a estos tratamientos, también se pueden realizar ejercicios de fisioterapia más activos para mejorar la fuerza muscular. Sin embargo, se deben tener en cuenta una serie de parámetros en el establecimiento de un programa de ejercicio adaptado al paciente. Al hacerlo, es importante investigar si el impacto de la artritis reumatoide en las articulaciones es localizado o sistémico, el estadio de la enfermedad, la edad del paciente y el grado esperado de cumplimiento del paciente con un programa de fisioterapia. La duración y la gravedad del ejercicio deben ajustarse para que coincidan con los antecedentes, las características, las expectativas y la actitud del paciente 3. Además, en general, los ejercicios se desarrollan en base a recomendaciones específicas por parte del paciente y del personal sanitario de apoyo en cuanto a la intensidad deseada, tipo, características y frecuencia de los ejercicios.

En la práctica, sin embargo, la investigación de las guías de práctica clínica ha revelado que los tratamientos de fisioterapia para pacientes con artritis reumatoide deben incluir terapia de ejercicio activo junto con educación lúcida para el paciente 4. Las iniciativas educativas deben incluir la diseminación detallada de información relacionada con la artritis reumatoide, consejos y herramientas de autocuidado para una mejor participación y empoderamiento del paciente.

Las pautas basadas en la evidencia pueden orientar a los fisioterapeutas en el tratamiento de pacientes con artritis reumatoide. Al hacerlo, las pautas deben coincidir con la situación de un paciente individual, así como las recomendaciones de salud pública para la actividad física que mejora la salud. Además, en el futuro, las iniciativas de investigación deben continuar monitoreando minuciosamente y entendiendo la carga de la enfermedad mientras optimizan los protocolos de fisioterapia personalizados para el paciente.

Referencias

  1. Uhlig, T., Moe, R. H. & Kvien, T. K. The Burden of Disease in Rheumatoid Arthritis. PharmacoEconomics (2014). doi:10.1007/s40273-014-0174-6
  2. Safiri, S. et al. Global, regional and national burden of rheumatoid arthritis 1990-2017: a systematic analysis of the Global Burden of Disease study 2017. Ann. Rheum. Dis. (2019). doi:10.1136/annrheumdis-2019-215920
  3. Kavuncu, V. & Evcik, D. Physiotherapy in rheumatoid arthritis. MedGenMed Medscape General Medicine (2004).
  4. Peter, W. F., Swart, N. M., Meerhoff, G. A. & Vliet Vlieland, T. P. M. Clinical Practice Guideline for Physical Therapist Management of People With Rheumatoid Arthritis. Phys. Ther. (2021). doi:10.1093/ptj/pzab127