Durante los últimos 25 años, las tasas de diabetes tipo 2 han aumentado significativamente, mientras que los accidentes cerebrovasculares y las enfermedades coronarias continúan cobrando miles de vidas cada año [1]. Evidentemente, la enfermedad cardiovascular (ECV) es una de las principales causas de muerte a nivel mundial [2]. Debido al vínculo entre las enfermedades cardiovasculares y la dieta, muchos estudios han investigado las opciones dietéticas que pueden prevenir las enfermedades cardiovasculares. Investigaciones recientes han indicado un vínculo entre el índice glucémico (IG) y la enfermedad cardiovascular [3]. Si bien esta investigación no es sólida, vale la pena explorar si las dietas con IG bajo podrían reducir significativamente las tasas de enfermedad cardiovascular [3].
El índice glucémico mide cuánto aumenta un determinado alimento que contiene carbohidratos los niveles de azúcar en sangre [1]. Al comparar los alimentos de acuerdo con su IG, medido en una escala de 0 a 100, se pueden clasificar los alimentos en términos de su potencial glucémico fisiológicamente [1]. Las personas digieren y absorben los alimentos con índices glucémicos más bajos más lentamente [1]. Mientras tanto, las dietas centradas en alimentos con IG alto y de absorción más rápida pueden interactuar con la resistencia a la insulina para producir una respuesta glucémica elevada (cambio en el azúcar en sangre) después de comer [3]. Como tal, algunos investigadores han tenido motivos para investigar si los alimentos con un IG más bajo contribuyen a reducir los riesgos de ECV.
Existe evidencia convincente de que el índice glucémico y la enfermedad cardiovascular están estrechamente asociados. Jenkins y col. analizaron las condiciones de 137.851 participantes, de entre 35 y 70 años, en cinco continentes diferentes [3]. La mediana de seguimiento del experimento fue de 9,5 años [3]. Los sujetos completaron cuestionarios de frecuencia alimentaria para estimar su índice y su carga glucémicos [3]. Los investigadores identificaron que los pacientes con dietas con IG alto tendían a experimentar un mayor riesgo de eventos cardiovasculares importantes o muertes, independientemente de si habían sufrido previamente una enfermedad cardiovascular o no [3]. Brandhorst et al., Quienes realizaron un metaanálisis con 220.005 participantes, informaron resultados similares y también encontraron una asociación entre GI y ECV [2]. Si bien el mecanismo que explica esta relación sigue sin estar claro, estos hallazgos son, sin embargo, prometedores [4].
A pesar de la asociación entre GI y ECV, los experimentos han luchado por demostrar que la reducción del GI en las dietas de los sujetos reduce el riesgo de ECV y muerte relacionada con ECV [5, 6]. Sacks y col. colocaron a 163 adultos con sobrepeso en un estudio de alimentación controlada de cinco semanas, en el que los diferentes grupos experimentales fueron sometidos a dietas con alto o bajo contenido de carbohidratos e índice glucémico alto o bajo [5]. Al final del estudio, no hubo diferencias significativas entre los participantes con índice glucémico alto y bajo en términos de niveles de lípidos, sensibilidad a la insulina o presión arterial sistólica [5]. Slavin y col. También encontró que, incluso entre los estudios de intervención más sólidos, había poca evidencia que sugiriera que un IG más bajo contribuya a una disminución del riesgo de ECV [6].
Una explicación de estos hallazgos contradictorios podría ser la diferencia entre cómo los cuerpos de hombres y mujeres tienden a reaccionar al consumo de carbohidratos. Brandhorst y col. informaron que las mujeres exhibían una mayor asociación positiva entre GI y ECV, lo que podría haber influido en los estudios en los que había una mayor disparidad de sexos en cualquier dirección [2]. Alternativamente, la asociación entre GI y ECV puede ser simplemente eso: una asociación sin ninguna forma de causalidad, que explica por qué la reducción del índice glucémico general de una dieta puede no contribuir a reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Mientras que algunos estudios sugieren que las dietas con IG bajo reducen el riesgo de enfermedad cardiovascular, otros sugieren que el vínculo entre el IG y la ECV no es tan fuerte [4]. Como resultado, la asociación entre el índice glucémico y las enfermedades cardiovasculares justifica una mayor investigación [4]. Para las personas que buscan obtener más información sobre las opciones dietéticas y su salud, los dietistas con licencia, los proveedores de atención primaria y los fisioterapeutas son buenas fuentes de información.
Referencias
[1] J. Brand-Miller et al., “The glycemic index and cardiovascular disease risk,” Current Atherosclerosis Reports, vol. 9, no. 6, p. 479-485, March 2008. [Online]. Available: https://doi.org/10.1007/s11883-007-0064-x.
[2] S. Brandhorst and V. D. Longo, “Dietary Restrictions and Nutrition in the Prevention and Treatment of Cardiovascular Disease,” Circulation Research, vol. 124, no. 6, p. 952-965, March 2019. [Online]. Available: https://doi.org/10.1161/CIRCRESAHA.118.313352.
[3] D. J. A. Jenkins et al., “Glycemic Index, Glycemic Load, and Cardiovascular Disease and Mortality,” The New England Journal of Medicine, vol. 384, no. 14, p. 1312-1322, April 2021. [Online]. Available: https://doi.org/10.1056/NEJMoa2007123.
[4] A. Mirrahimi et al., “The Role of Glycemic Index and Glycemic Load In Cardiovascular Disease and Its Risk Factors: A Review of the Recent Literature,” Current Atherosclerosis Reports, vol. 16, no. 1, p. 1-10, January 2014. [Online]. Available: https://doi.org/10.1007/s11883-013-0381-1.
[5] F. M. Sacks et al., “Effects of High vs Low Glycemic Index of Dietary Carbohydrate on Cardiovascular Disease Risk Factors and Insulin Sensitivity,” JAMA, vol. 312, no. 23, p. 2531-2541, December 2014. [Online]. Available: https://doi.org/10.1001/jama.2014.16658.
[6] S. Vega-López, B. J. Benn, and J. L. Slavin, “Relevance of the Glycemic Index and Glycemic Load for Body Weight, Diabetes, and Cardiovascular Disease,” Nutrients, vol. 10, no. 10, p. 1-27, September 2018. [Online]. Available: https://doi.org/10.3390/nu10101361.